Felicidades! Estás comprometida, ahora qué? Siendo tu primera boda, no sabes que esperar, a quien recurrir, cuánto cuesta o a quién contactar.
Primero lo primero, antes de correr a contratar a tus proveedores y buscar el lugar ideal… Contrata a un Wedding Planner!
¿Por qué necesitarías a un Wedding Planner?
Tu mamá planeó tu primera comunión, tu organizas las fiestas de fin de año de tu empresa, sabes y siempre has sabido qué estilo quieres para tu boda, tienes muchas hermanas, primas, tías y amigas a quienes puedes delegarles tareas, no deberías necesitar uno cierto? Nada más lejos de la realidad.
Me pregunto… por qué no nos encanta la idea de contratar a un Wedding Planner y decidimos irnos por el camino difícil?
Me pregunto… por qué no nos encanta la idea de contratar a un Wedding Planner y decidimos irnos por el camino difícil?
Todas hemos usado una cámara digital, aún así sentimos la necesidad de contratar a un fotógrafo profesional para nuestra boda. Casi todos hemos hecho un pastel en algún momento de nuestras vidas, pero ninguna novia se encargaría de esa tarea. Arreglamos nuestro cabello a diario, pero ni siquiera soñaríamos con hacerlo el día de nuestra boda.
Sin embargo todas nos sentimos perfectamente calificadas para diseñar, planear, y llevar a cabo todo un evento (y si algo no sabemos, siempre podemos contar con Google). Podemos ser doctoras, maestras o publicistas pero en un instante nos convertimos en diseñadoras, coordinadoras, críticas y expertas cuando se trata de nuestra propia boda.
Es como magia! Dennos un anillo de compromiso y automáticamente sabemos cómo diseñar un espacio, conocemos a los mejores proveedores o al menos tenemos la seguridad de que sabremos identificarlos, somos expertas en etiqueta, y podemos planear la mejor boda del año – si tan solo nos dan la oportunidad…
Ya hemos leído las interminables listas de cosas por hacer y contamos con la “confiable” agenda de nuestra boda y el consejo de las mujeres de la familia o nuestra mejor amiga. En fin, estamos armadas para comernos el mundo de un bocado. Pero hay algo que no tomamos en cuenta y es la calidad de la experiencia de organizar y vivir nuestra boda.
La boda pasa sin que nos demos cuenta y la vivamos al máximo porque a menos que tengamos a un profesional a nuestro lado para ocuparse de todo, estaremos al pendiente de cada proveedor. De que la decoración sea lo que pedimos, de que la comida se sirva a tiempo, que la coordinadora del lugar permita al grupo musical “conectarse a la luz” además de tener que lidiar con las ya de por si intensas emociones de ese día.
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La mayoría de nosotras contamos con un grupo de apoyo formado por mamás, hermanas, tías, primas y amigas dispuestas a ayudar con cada tarea relacionada con la boda, incluso podríamos hacer una lista de deberes y repartirla para que cada quien sepa lo que tiene que hacer, cierto? Pero aún así nos mentiríamos a nosotras mismas si dijéramos que nos vamos a despreocupar porque nuestra cuñada o hermano quedó de pasar por los ramos.
Además, nos olvidamos de que nuestros familiares y amigos nos estarán apoyando porque nos quieren, y precisamente por eso tienen el mismo derecho que nosotras de disfrutar de ese día tan especial y, en el vértigo de la boda los bombardeamos con tareas sin tomar en cuenta que también ellos deben hacer sus preparaciones.
Así que por qué no disfrutarlo en vez de trabajar y preocuparnos? Por qué no hacerlo aún mejor de lo que podríamos hacerlo nosotras solas? Por supuesto que tus ideas son brillantes, pero, la suma de dos mentes puede crear maravillas.
Toda persona que se casa puede y debe tener un wedding planner, ya sea durante todo el proceso de la planeación o al menos durante el último mes previo a la boda.
Comúnmente pensamos que se necesita tener un gran presupuesto para contratar un wedding planner o coordinador de bodas, sin embargo ellos están para ayudarte a planear, organizar y coordinar tu bodasin importar que tan grande o pequeña sea la boda o el presupuesto. (Por supuesto existen distintos niveles de precios entre los Wedding Planners, pero siempre puedes encontrar a uno ideal para ti.)
Un Wedding Planner no necesariamente te dará descuentos con los proveedores, pero si tendrá relación con ellos y sabrá a quien elegir de acuerdo a tu tipo de evento, con la enorme ventaja de que no tendrás que perder tiempo valioso contactando a todos los proveedores de la ciudad (Este es un evento que no admite prueba y error.)
Un Wedding Planner te ayuda a fijar un presupuesto y prioridades, se encarga de coordinar cada detalle, te dirá qué funciona para tu boda y qué no, ya sea por el estilo o por el precio, evita gastos innecesarios, es tu amigo, asesor y aliado (si lo necesitas, puede mediar entre tus gustos y los de tu mamá o futura suegra.), por nombrar algunas cosas. Todo para que ese día estés concentrada en lo más importante, tu matrimonio y no en los proveedores y tiempos de ejecución.
Aceptémoslo, no queremos contratar un Wedding Planner porque queremos SER el Wedding Planner. Todas queremos ser la “Wonder Woman” que conoce a todo el mundo, tiene un gusto exquisito, puede lidiar con todo lo que se aparezca en su camino, es experta en bodas (por alguna razón esto incluye tener un kit de emergencias como el de J.Lo…), y todo mientras usa zapatos Loubutin y lleva un peinado impecable.
De hecho deseamos esto con tanta fuerza que para tratar de lograrlo estamos dispuestas a sacrificar un día que solo viviremos una vez. Necesitamos aprender a delegar y poner en manos de los expertos nuestras bodas y verdaderamente disfrutar de este momento especial. Tu única preocupación debe ser verte como una diosa en el momento de caminar hacia el altar.
Así que todo se reduce a la calidad de experiencia que quieras tener. Una cosa es segura, nada se compara con la tranquilidad que te dará estar preparada y con un respaldo tan fuerte como un Wedding Planner a tu lado.